Cuando decides ser aval de una persona, aparecen un sinfín de cuestiones alrededor que implican grandes riesgos si las cosas no van adecuadamente.
El aval es algo que se suele solicitar en muchos casos para la compra de una vivienda, para el alquiler o para un crédito. Todo depende de cada situación particular pero el hecho es que hoy en día, la figura de aval se sigue utilizando.
En el momento en que una persona es aval, lo que sucede es que estamos poniendo su patrimonio como garantía del pago que se debe realizar por ese préstamo o compra.
Hasta allí no habría ningún problema, porque sería la persona titular la que se encargaría de los pagos y los costes. Pero la cosa se complica cuando al ser aval de alguien, no cumple con las condiciones.
Al momento en que la persona titula no cumpla con lo pactado en los pagos, a quien van a ir a reclamarle es al aval, es decir a quien legalmente se ha comprometido a asumir la responsabilidad en caso de que el titular fallara.
Por eso es común que en muchos casos haya inconvenientes en las relaciones debido al pedido de aval. Las deudas que se pueden generar son muy grandes y en muchas ocasiones no se comunica al instante, sino que es un tiempo después que la persona que salió de aval se entera que existe una deuda porque el titular no ha cumplido con los pagos.
Es por ese motivo que cada día es más complejo el encontrar una persona para que sea aval y ahí es donde se buscan otras alternativas con el fin de conseguir ese préstamo o compra sin poner en riesgo a los demás.
Si necesita asesoramiento con la figura de ser aval, no dude en contactarnos.