Cuando recibimos una donación o un regalo, es importante tener en cuenta de qué forma va a tributar para que no haya ningún inconveniente con Hacienda.
Generalmente, al momento de hacer la declaración de la RENTA es cuando nos ponemos a pensar sobre estas cuestiones, pero la realidad es que lo ideal es que un asesor privado nos pueda orientar en este tema y que no nos pille por sorpresa.
Cuando una persona recibe una donación, debe declarar el Impuesto sobre Donaciones por el bien que recibe de forma gratuita. En el caso de que en vez de una persona física se trate de una persona jurídica, entonces se ven exentas de hacer este tipo de impuesto ya que deben colocarlo en la tributación como un Impuesto sobre Sociedades.
Si lo que se reciben son activos financieros o inmobiliarios, la donación se debe tributar en el concepto de donaciones con el valor del activo. Una vez que se haya realizado, el donante es el que va a tramitar el IRPF de acuerdo a la diferencia del precio que lo adquirió en su momento y el precio al que lo transmite.
Cuando la donación genera un tipo de pérdida patrimonial el donante o transmitente no puede computarlo como pérdidas patrimoniales, con lo cual si se transmite una vivienda por un precio inferior al precio adquirido, esa diferencia no se puede colocar como pérdida en el IRPF.
En el caso de los regalos, bodas o presentes generales, cuando se hace una transferencia bancaria el dinero queda sujeto al impuesto sobre sucesiones y donaciones, salvo que se pueda justificar que es en un concepto de préstamo, pago, etc.
La tributación de los impuestos de donaciones se harán en la propia Comunidad Autónoma por lo que dependerá siempre de las leyes de cada Comunidad cómo deberán tributar.
Lo ideal es poder realizar todas estas gestiones con un profesional para no tener ningún tipo de inconveniente y hacerlo de forma correcta.