Durante la crisis, las empresa familiares catalanas han sabido mantener su rentabilidad y competencia según un informe realizado especialmente en donde se demuestra que dichas empresas aumentaron el número de trabajadores contratados cada millón de euros de facturación en el período de 2007 a 2014, momento más álgido de la crisis en España.
Es entonces así como se puede afirmar que las empresas familiares catalanas no redujeron el número de trabajadores a diferencia de las empresas privadas que no son familiares en donde se redujeron el número de trabajadores por cada millón de facturación.
Gracias a esta conversión, la rentabilidad de las empresas familiares paso del 8,74% al 4,49%, un número muy beneficioso frente a las empresas privadas que también mejoraron pero no en gran medida.
Todo esto hace afirmar que las empresas familiares catalanas son el gran sustento de las empresas privadas llegando a formar más del 85% de las compañías existentes en la región.
Se consideran empresas familiares a las que más del 50% de las acciones están bajo una misma familia o en su defecto cuando se tiene el 20% del capital pero se controla la actividad de la misma.
Debido a todo lo anterior, es entonces que las empresas familiares crean cerca del 70% de la producción de la comunidad y el 75% del empleo, teniendo un total de 1,6 millones de trabajadores en nómina.
Además de todo ello, la gran mayoría de estas empresas llevan años en propiedad familiar, siendo la media más de 40 años. Más del 50% de las empresas que forman parte de la Comunidad están en manos de la segunda generación mientras que cerca del 35% está en manos de la primera generación. Son muy pocos los que han pasado ya a la tercera generación algo que se comprende al ver que la antigüedad de las empresas no es muy grande.