Autor: XPinyol

Senior Partner & Director, Global Leader, Corporate Development Practice

Los mayores de 55 años, a favor de retrasar la jubilación

A pesar de lo que pueda parecer a primera vista, llegados a los 65 años casi 7 de cada 10 españoles seguiría trabajando. En concreto, el 65% de las personas con edades comprendidas entre los 55 y 64 años está a favor de que exista la posibilidad de seguir ocupado por más tiempo. El porcentaje baja hasta el 60% cuando se pregunta a quienes han superado los 65 años. Esta es una de las conclusiones del estudio realizado por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), presentado ayer por el secretario general de Política Social y Consumo, Francisco Moza.

La encuesta revela que la población española asocia ser mayor a partir de los 70 años. Por ello, hasta alcanzar esa edad se ven perfectamente capacitados para continuar ejerciendo su profesión en las mismas condiciones. Según explicó Moza, «en la actualidad, las personas mayores afirman que la vejez depende de la condición física, mientras que en 1993 se consideraban mayores a partir de los 65».

Uno de los motivos que empuja a los españoles a permanecer en el mercado laboral es que las pensiones continúan siendo la principal fuente de ingresos para más del 90% de este colectivo, por ello es fundamental que se garantice la viabilidad de este sistema en el futuro. El parecer de los expertos de la Unión Europa sugiere, en consonancia con la opinión de los españoles, que se amplíe la edad de jubilación para que el pago de las prestaciones actuales pueda mantenerse en el tiempo. En esta línea, la ley contempla actualmente la posibilidad de aumentar la pensión un 2% por cada año trabajado más allá de los 65 años, hasta alcanzar un máximo de un 10%.

Una vez que se alcanza la jubilación, ¿cómo valoran los encuestados ese cambio en su vida? Un 16% piensa que es una liberación frente a un 12% que lo percibe como un vacío. Sin embargo, la mayoría, el 55% del total, lo considera un hecho sin importancia.

Aunque se muestren indiferentes ante el cambio, el 60% de los jubilados suele iniciar distintas actividades de ocio. Salir con los amigos, hacer deporte o practicar turismo son ya ocupaciones clásicas entre los mayores. Además, la nuevas tecnologías se están afianzando como una novedosa alternativa, ya que cada vez son más las personas que se animan a aprender informática tras cesar su actividad laboral. Aún así, ver la televisión y oír la radio son todavía las actividades preferidas.

Con independencia de las preferencias individuales, es innegable que los ingresos de los que disponen los mayores limitan sustancialmente las posibilidades de ocio de este colectivo, que sólo puede dedicar 38 euros al mes de media para ello. Por ello, cada vez más gente está a favor de retrasar la jubilación. El grueso del desembolso mensual lo copa la alimentación (235 euros al mes). Le sigue la vivienda (105 euros al mes), que es algo muy valorado entre la tercera edad. De hecho, el 83% de los mayores es propietario de su casa, donde prefieren vivir aunque sea sin compañía. El porcentaje de ancianos en esta situación apenas alcanza un 16%.

Esto explica que las personas mayores se sientan mayoritariamente apoyadas y acompañadas, sobre todo por sus familiares. Un 68% de ellos tiene contacto diario con sus hijos. Así, dos de cada tres personas mayores considera su situación mejor que la de sus padres.

El estudio también destaca cómo la mayoría se siente aún con obligaciones, y cómo sólo el 15% considera que no tiene nada que hacer. Es más, la mayor parte de los encuestados cree que éstos deberían tener una mayor presencia en todos los ámbitos de la sociedad.

En la actualidad, los mayores de 65 años rondan los ocho millones, lo que supone el 16,7% de la población. Las mujeres son un 57,5% y los hombres el 42,5%.

FUENTE: Cinco Días
Fecha de Publicación: 05-08-2010

Bruselas plantea retrasar progresivamente la edad de jubilación a 70 años

La Comisión Europea se sumó ayer al debate iniciado por algunos países miembros sobre la necesidad de retrasar la edad de jubilación y aumentar la v ida laboral de los trabajadores con el fin de asegurar el sistema de pensiones a largo plazo.

En los últimos meses, varios estados miembros han retrasado la edad de jubilación y otros se han planteado hacerlo. Alemania, Países Bajos y Dinamarca han situado la edad de salida del mercado laboral en 67 años, Reino Unido en 68, mientras que en España la primera propuesta lanzada desde el Ejecutivo ha consistido en retrasarla dos años hasta los 67 años.

En un documento hecho público ayer, la Comisión Europea recalca que la esperanza de vida de la UE ha crecido de media cinco años en los últimos cincuenta años y que en los próximos cincuenta podría producirse un nuevo incremento de alrededor de 7 años.

En ese escenario, el comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, Laszlo Andor, propuso ayer un retraso progresivo de la edad de jubilación hasta 2060, fecha en la que quedaría situada en 70 años. ‘Si continúan las tendencias actuales, la situación es insostenible. A menos que las personas, en la medida en que viven más tiempo, también permanezcan más tiempo en el mercado de trabajo, o bien la cuantía de las pensiones sufrirá o bien se producirá un aumento insostenible en el gasto por pensiones’, alertó.

Andor también se mostró contrario a que los estados miembros tomen decisiones en función de la presión financiera que sufran por parte de los mercados. ‘ ‘Lo ideal no es tomar medidas de emergencia como presionar para aumentar la edad de jubilación, sino poner en marcha medidas a largo plazo’.

El comisario también rechazó la tentación ‘de aplicar jubilaciones anticipadas’ que pueden tener las empresas con dificultades económicas. ‘Es una solución errónea’, subrayó Andor, quien sugirió otras alternativas como ‘fomentar la formación continua de los trabajadores para garantizar una mayor permanencia de los trabajadores en el mercado laboral’.

FUENTE: Cinco Días
Fecha de Publicación: 08-07-2010

La OCDE respalda la reforma laboral pero pide cambios en los convenios

El Gobierno presentó en junio una reforma laboral de gran calado’. La OCDE define así el polémico decreto, hoy en trámite parlamentario, en su informe Perspectivas del Empleo 2010, presentado ayer. El organismo que asesora a la treintena de países más industrializados sale al paso de las críticas de sectores empresariales españoles, que han calificado de insuficiente la reforma. Para la OCDE, ‘al aclarar los términos de despidos procedentes, el decreto debería facilitar los ajustes de trabajadores permanentes en función de la situación económica’. Precisamente, buena parte de las críticas se refieren a la indefinición de esas causas de despido, consistentes en acreditar ‘mínimamente’ ante el juez las dificultades económicas.

El decreto serviría, incluso con su redacción actual, para elevar la flexibilidad interna de las empresas, ‘facilitando la modificación de las horas de trabajo y los salarios (con respecto a los convenios colectivos) con márgenes de ajuste para las empresas con dificultades económicas’. Asimismo, ‘el futuro fondo de capitalización para trabajadores debería promover la movilidad, ya que los fondos son transferibles de una empresa a otra’.

La OCDE advierte, en todo caso, de que cambiar a empresas y trabajadores ‘puede tomar tiempo, y la complejidad de las normas laborales y la negociación colectiva no facilitan la situación’. Así, a corto plazo sólo espera una ‘leve mejora’ en la tasa de paro, que aún estará en el 18,1% a finales de 2011. Además, reclama ‘más esfuerzos para evitar el distanciamiento de los parados de larga duración con el mercado de trabajo’. El secretario general del organismo, Ángel Gurría, pidió además a los grupos políticos apoyo a la reforma en su tramitación.

El informe destaca la fuerte elasticidad del empleo respecto a la evolución del PIB español: desde su nivel más alto, en el primer trimestre de 2008, la actividad ha caído 4,5 puntos y, el empleo, 8,6. En cambio, en la zona el PIB cayó más (5,8 puntos), y el empleo sólo lo hizo en 1,6 puntos. La OCDE achaca esa sensibilidad a dos factores principales: por una parte, la sobreponderación del sector inmobiliario, ‘el mismo patrón que se observa en Irlanda y Estados Unidos’. Por la otra, la falta de flexibilidad del tiempo de trabajo y los salarios, que han servido de colchón frente a la recesión en Alemania, Corea del Sur o Noruega.

El ajuste español se ha centrado de forma unívoca en la no renovación de los contratos temporales, mientras las horas trabajadas por empleado y los salarios reales incluso han crecido.

FUENTE: Cinco Días
Fecha de Publicación: 08-07-2010

El CES pide delimitar mejor a los autónomos dependientes en la UE

José María Zufiaur, consejero del Comité Económico y Social europeo, puso ayer de manifiesto en un acto organizado por la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), la necesidad de definir y delimitar mejor a los trabajadores autónomos dependientes de la Unión Europea.

Para Zufiaur, la importancia de unificar la figura de los autónomos dependientes radica, entre otras cosas, en la necesidad de separar a éstos de los ‘falsos autónomos’ para evitar así que ‘haya un trasvase fraudulento’ hacia los asalariados. En efecto, no hay ni una definición ni una cuantificación exacta de este colectivo.

Existen cinco criterios principales, señalados en diferentes estudios, para reconocer a este tipo de autónomos. No son trabajadores sujetos a un contrato laboral, realizan su actividad en su gran mayoría solos, trabajan para un único dador de trabajo, establecen con él una colaboración continuada y ejecutan su prestación de trabajo en el marco de una organización dependiente del susodicho dador de trabajo. A pesar de estas indicaciones, hay una verdadera dificultad de ponderar el fenómeno ya que no aparece una definición común. Según datos de Eurostat, más del 50% de los trabajadores autónomos que existen en la UE no emplean ningún asalariado. De estos, no se conoce cuántos son simplemente autónomos y cuántos son autónomos económicamente dependientes.

Actualmente, sólo una minoría de países (Alemania, Austria, España, Reino Unido y Portugal) han regulado y reconocido esta tercera categoría de trabajadores situada a mitad de camino entre el asalariado y el autónomo.

FUENTE: Cinco Días
Fecha de publicación: 07-07-2010

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