Los datos macroeconómicos que escupen sin cesar las oficinas estadísticas tienen traducción directa en el idioma de la calle, especialmente en aquellos países en los que se espera una recuperación renqueante. Así, España e Irlanda registran los aumentos salariales medios más bajos de Europa en 2010, con el 1,8% y el 1,5%, respectivamente.
El resultado español equivale a menos de la mitad que en 2008. Y se amplia así la brecha con el resto de economías centroeuropeas de crecimientos económicos más potentes como Alemania, Austria y Holanda.
Una peor evolución que los empresarios españoles reflejan en mayor pesimismo en comparación con sus homólogos del centro y el norte de Europa, en opinión de los expertos. El estudio se basa en los datos aportados por más de 3.000 compañías de 17 países europeos, de las que alrededor de 400 empresas son españolas.
Por otra parte, ese incremento real de los salarios del 1,8% en 2010 partía además de una previsión del 2,5%. Lo que a juicio de la consultora supone «una pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores debido a un IPC que en julio fue del 1,9%».
En lo que se refiere a otro tipo de remuneraciones como son los bonos por productividad, la consultoría concluye que durante este año no se han producido grandes cambios. La proporción de empresas que ofrece este tipo de compensaciones a sus empleados mantuvo los mismos niveles que en años anteriores. Aunque sí hubo un ligero incremento en los bonos concedidos a los altos directivos, un colectivo que «suele ser premiado con incentivos variables a largo plazo», según Eva Patier, directora de estudios retribuidos de la consultora Towers Watson.
La crisis ha instaurado la ley del más fuerte: los profesionales más brillantes y con mayor formación son los que tienen más posibilidades de prosperar en tiempos de incertidumbre, mientras que los menos cualificados son los más expuestos a un posible despido o reducción salarial.
Así, los trabajadores manuales son los menos favorecidos por las subidas de este año con un aumento del 1,6%, mientras que los profesionales y los directivos intermedios tienen los mayores incrementos con una subida del 1,9%.
«Las empresas se centran en aquellas personas con alto potencial para evitar la posible fuga de cerebros al salir de la crisis». La consultora cree que las empresas desean mantener sus ventajas competitivas y para ello «discriminan según los diferentes colectivos: las compañías apuestan por el alto desarrollo».
La retribución en especie para los altos directivos no experimentó grandes diferencias entre 2008 y 2010. Un dato significativo: el coche de empresa y el teléfono móvil son los elementos estrella que las compañías pagan a sus ejecutivos.
FUENTE: Cinco Días
Fecha de Publicación: 07-09-2010
Que la edad de jubilación se retrase a más de los 65 años es algo que la gran mayoría de trabajadores españoles no toleraría. Y para no hacerlo, estarían dispuestos a un aumento de los impuestos. Así lo refleja un estudio sobre jubilación llevado a cabo por la aseguradora AXA.
Éste estudio, realizado diversas veces a lo largo de década pasada, muestra que ahora un 74% de españoles rechaza la subida de la edad de jubilación, el pico más alto registrado en cualquier estudio, y que también es el más elevado de entre los países europeos en qué se ha elaborado. Concretamente, el rechazo a una subida de la edad de jubilación ha ganado 19 puntos porcentuales en España desde el 2007, cuando el 55% de los trabajadores rehusaba retirarse más tarde.
De hecho, los 65 años tampoco son la edad en qué los españoles quisieran retirarse. La edad preferida de los españoles para la jubilación, según el estudio de AXA, son los 59 años, y la edad en qué estadísticamente se retiran realmente son los 61,5 según la EPA, y los 63,7, de acuerdo con los datos de la Seguridad Social. Con lo cual, sólo el 40% de los trabajadores se jubiló a la edad establecida.
En agosto, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, señaló que espera llevar al Congreso antes de fin de año un proyecto de ley para prolongar la edad legal de jubilación hasta los 67 años. Pero si así fuera, sólo un 9% estaría de acuerdo con esta medida del Gobierno.
Un 45% de los españoles, en cambio, preferiría asegurar el futuro del sistema público de pensiones con un aumento de los impuestos. Esta preferencia difiere mucho de lo que opinan el resto de los europeos, los cuales prefieren decidir por sí mismos cuanto dinero ahorrar para cuando llegue el fin de su vida laboral. En España, esta opción es la que prefiere el 33% de los trabajadores, mientras que a un 11% le gustaría seguir trabajando más años de los que estipula la ley hasta ahora, ya sea por voluntad propia o porqué quisieran que el Estado lo impusiera legalmente.
Comparado con el resto de países europeos, las preferencias se asemejan a las de los trabajadores alemanes e italianos. Un 71% de los empleados germanos y un 69% de los transalpinos rechazan que la edad de jubilación se prolongue, mientras que en el polo opuesto se sitúan británicos y belgas, con una respuesta negativa al aumento de la edad legal de jubilación del 47% y 52%, respectivamente.
FUENTE: La Vanguardia
Fecha de Publicación: 09-09-2010